Aunque algunos lo consideran como muy remoto, el origen de este perro data de finales del siglo XVII, cuando los alemanes, que querían un perro tanto de rastreo como de muestra, cruzaron el Braco español con el perro de San Humberto. De este cruzamiento surgió un perro relativamente pesado, lento y tranquilo, pero que, sin embargo, poseía grandes dotes de cazador. Sucesivamente, para hacerlo más delicado y conferirle una mejor velocidad, se pensó en cruzarlo con el Pointer, ya conocido por ese entonces en Alemania. El resultado fue realmente excelente, ya que se obtuvo un perro de aspecto muy similar al actual, que a la gran pasión por la caza del primitivo cruzamiento unía las cualidades de estilo y potencia del Pointer. En las selecciones ulteriores, manteniendo inalterables las cualidades venatorias, se ha tratado de fijar definitivamente el tipo "Braco". La posterior consagración de este perro se produce gracias al hecho de que los alemanes eran, y en parte lo son todavía, opuestos a los perros ingleses, prefiriendo las razas por ellos creadas. Pero si en Alemania esta raza estaba muy difundida ya a finales del siglo XIX, puede decirse que en el extranjero continuó desconociéndose hasta aproximadamente 1940. La segunda guerra mundial contribuyó mucho para el conocimiento de este perro por parte de los franceses, ingleses y americanos, hasta el punto de que a finales de la guerra se realizaron grandes exportaciones a otros países europeos y hacia América del Norte.